Todas las razas caninas tienen su punto débil, todas sus vulnerabilidades particulares, disturbios de salud que afectan más a unas que a otras e incluso problemas de salud que afectan exclusivamente a una y solo a esa. Padecimientos que en veinte años de profesión no vemos nunca o nos encontramos con unos pocos casos porque son problemas excepcionales. Es el caso de una curiosa enfermedad, casi desconocida llamada Acrodermatitis letal del Bull Terrier.
Por más explicaciones que se le den al dueño de un cachorro afectado por éste mal una vez que se ha confirmado que se trata del mismo, difícilmente comprenda porqué no hay cura para ella.
Es una enfermedad de causa genética que se expresa en la piel y que inevitablemente termina con la muerte temprana del cachorro. Se manifiesta con similares lesiones a las que ocurren en otras especies animales cuando hay un déficit de Zinc en la dieta; pero todos los esfuerzos tanto sea con suplementos orales o inyectables de éste elemento, no cambian el curso letal de la enfermedad.
Por supuesto que deben descartarse las enfermedades que se le parecen, es decir, los diagnósticos diferenciales, problemas que pueden ser confundidos con ella y se los debe tratar; pero aún hoy, todos los esfuerzos por cambiar su curso son en vano, si se trata efectivamente de ésta entidad.
Suelen aparecer los primeros síntomas luego del destete. El individuo afectado es más pequeño, no crece al ritmo de sus hermanos, puede haber diarreas y problemas respiratorios, pero el signo clave es un engrosamiento costroso y seco de las almohadillas plantares o pulpejos que se agrietan y que no mejora con ningún tratamiento.
Afecta únicamente a individuos de ésta raza y lleva la marca de lo inevitable como un programa que se cumple con rigor sin apartarse un milímetro con lo establecido. Cuesta creer que de pulpejos duros, termine con la muerte en poco tiempo.
Guerreros desde chiquitos, combaten con éste fantasma que revolotea sobre los cachorros al mes y medio de vida.

El Bull Terrier fue concebido como una estratégica combinación del Bulldog Inglés y de Terriers con el propósito de hacer un perro tan ágil como fuerte para la lucha sin cansancio. No suele llevarse bien con otros perros sino se le socializa adecuadamente cuando son cachorros.
De ojos chiquitos y cabeza de tiburón, los ejemplares de manto blanco son más sensibles a los problemas de piel y su espíritu tenaz y combativo contrasta con ésta delicadeza dérmica particular.



Manuel Figueroa y Pablo Butler

No te des por vencido, ni aun vencido,
No te sientas esclavo, ni aun esclavo;
Trémulo de pavor, piénsate bravo,
Y arremete feroz, ya mal herido.

Ten el tesón del clavo enmohecido,
Que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;
No la cobarde intrepidez del pavo
Que amaina su plumaje al primer ruido.

Procede como Dios que nunca llora,
O como Lucifer, que nunca reza,
O como el robledal, cuya grandeza
Necesita del agua y no la implora...

¡Que muerda y vocifere vengadora,
Ya rodando en el polvo tu cabeza!

Uno de los Siete sonetos medicinales de Almafuerte

Pedro Bonifacio Palacios (1854-1917)