A la valiente Judith, a Cleopatra del Nilo, a Juana de Arco, a Frida Khalo, a Aretha Franklin y a las Antígonas de todos los tiempos; celebramos a estas figuras femeninas en su día y a quienes nos acompañan con su esfuerzo, apoyo y crítica ese día y los otros 364 también. Un punto de vista animal femenino tendría una mención para Laica, la primera tripulante viva de una nave espacial.
Cuentan que un Rey del Siglo XXI le encomendó a uno de sus sabios asesores, la misión de recorrer en el tiempo, los infinitos caminos del planeta y en cada ciudad o poblado, detenerse para observar a las mujeres en el género humano; debiendo regresar cuando las contemplaciones captadas por su sabiduría hubieran sido suficientes. Por muchos años nada se supo del sabio peregrino de los ripios. La única noticia le llegó al monarca en un sobre, cuando ya anciano había decidido responsabilizar con el legado del trono a uno de sus siete hijos. En la soledad de su lujoso aposento abrió la correspondencia lacrada y leyó detenidamente el texto que rezaba:
Mi Rey: He visto mujeres de barro y arena, que labran tierras y moldean arcilla que levantan paredes que sudan sus manos que construyen sonrisas a fuerza de penas.
He visto mujeres de colores, de cabelleras de oro otras desnudas, de rostros cobrizos y miradas pálidas como así también hermosas pieles azabaches injustamente esclavas por colonizadores.
He visto mujeres de guerra, guiar ejércitos de nuevas ideas comandar naciones en lucha, Amazonas defendiendo sus tierras amadas con temple de corazas y espadas platinadas.
He visto mujeres de sangre y fuego, tender camas y mecer cunas hogareñas avivar la olla raíz de alimentos amamantar y cargar a sus hijos en lienzos, leonas de entrecasa, vigilantes silenciosas del sueño.
Sí, mi Rey he visto en las mujeres, la fuerza del viento, el cerno de la madera la bondad de la lluvia, el abismo del océano la fortaleza del cielo, el carisma del arco-iris, el poder de sanación del dolor las semillas bondadosas y creadoras del firmamento.
Las he visto presidir países en igualdad de derechos, distinguir con perfume y gracia las oficinas, batallar junto a soldados en misiones de paz, caminar en madrugadas guardando el orden y vestir ilustres trajes de la justicia.
Pero mi Rey, en todo este tiempo hubo cosas que no he logrado descifrar en la esencia de las mujeres.
Pues, las he visto sonreír como la luna despertar como una rosa llorar como los árboles danzar como los pájaros cantar como las piedras amar con devoción y corazón de niño y hablar con los dioses como mujeres diosas.
Cuando llegó el momento, el Rey, tomó su corona engarzada en piedras preciosas y sin vacilar frente a su pueblo, la entregó en manos de la niña, su única hija mujer.
Francisco G. Alves Escritor y poeta uruguayo
"Cuando tenga un pié en la tumba diré toda la verdad acerca de las mujeres. Lo diré, me meteré en mi ataúd, cerraré la tapa sobre mí y diré: Ahora, haced lo que queráis” Leon Tolstoi (1828-1910)