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La Toxoplasmosis.
Zoonosis.

Embrujo_felino.jpgHay un Alien en nuestro cuerpo: lea éste interesantisimo artículo.

Hay quienes afirman que un gato en la casa absorbe las malas ondas y protege de alguna forma a sus dueños. No es una regla aplicable a todos los casos, como ninguna en realidad y hasta podría ocurrir precisamente lo contrario.
Al mediodía recibió una llamada para examinar a domicilio a un gato que lo notaban algo extraño y su dueña estaba preocupada.
Él ya conocía a la señora por visitas anteriores; su voz siempre del mismo tono, sin el más mínimo sobresalto consultaba la mayoría de las veces por asuntos de escasa importancia.
Los gatos convivían con la familia en un apartamento oscuro, iluminado por una claraboya turbia, al fondo de un estrecho y larguísimo corredor abierto, con un muro alto de un lado y por lo menos diez puertas sucesivas de pequeños departamentos del otro.
Al entrar a la vivienda, luego de correr una cortina hecha con trocitos de caña tacuara, dos gatos negros, como el del cuento de Poe, ocupaban uno, la cabecera de un sillón y otro, una tela arriba de una mesa.
El veterinario tenía presente un detalle particular de la dueña de casa: su mirada parecía como si le atravesara y se dirigiera siempre a una persona inexistente detrás de él, y el lento fluir de sus palabras le hacían imaginar que tal vez tomara alguna sustancia que alterase la velocidad de su conversación. El gato del sillón era el afectado. Le contaron que por las noches maullaba de un modo diferente al acostumbrado.
Mientras lo examinaba y hacía algunas preguntas para descubrir el real problema de su paciente, el dueño de casa relativizaba cada comentario de su esposa.
El gato estaba rebosante de salud y la consulta no se extendió más que por unos pocos minutos. Hablaron sobre qué hacer en caso que aparecieran nuevos síntomas y la señora continuaba hablando con cara de mármol, sin expresión alguna en su rostro, cuando sorpresivamente dijo: “Yo lo estaba mirando, cuando de repente… me comió un pensamiento…, por eso estoy mal…, por eso estoy así”. Una confesión tan ocurrente lo descolocó y casi se le escapa una carcajada, que contuvo, y ella, inconmovible. A su esposo se le salían los ojos de las órbitas y se le ponían cada vez más blancos; se balanceaba de un lado al otro y se agarraba la cabeza.
El veterinario algo incómodo dijo algo así como “Bueno, veremos. Tal vez mañana todo vuelva a su lugar y usted va a estar mejor, cualquier cosa me vuelve a llamar”. Saludó rápidamente.“Te acompaño” dijo el señor, y en silencio, caminando con paso apresurado, salieron.
Luego de unos metros, ya en el pasillo de salida, se escuchó la voz de la mujer a sus espaldas: “Doctor, doctor… de ésta…, fue de ésta.” dijo, mientras sostenía una maceta con unos pensamientos y unos tallos tronchados, que adornaban un rincón en la entrada de su casa y el visitante se retiró tragándose sus prejuicios.

Conozca los dibujos de Louis Wain:



La Toxoplasmosis:

A la hora de juicios previos equivocados sobre mujeres y gatos, se da como un hecho que una embarazada tiene que evitar el contacto con estos animales por el riesgo de que su bebé tenga problemas a causa de la toxoplasmosis, un parásito diminuto que considera al gato su huésped definitivo.
Un test de sangre en ambos evita estados de susto y confusión.
Si la mujer es positiva para toxoplasma, significa que tiene anticuerpos porque ya tuvo contacto con el protozoario y se encuentra protegida: es una buena noticia.
Si el test de anticuerpos en la embarazada es negativo, debe investigarse al gato. Si éste resulta positivo para toxoplasma lo más probable es que ya haya cursado la enfermedad y las posibilidades que vuelva a eliminar huevitos son escasas.
El peor resultado es un gato negativo (casi siempre gatitos de menos de un año de edad) porque al infectarse elimina ooquistes en su materia fecal que pueden vivir hasta dos años en ambientes húmedos y son fuente de contagio para la mujer embarazada. Para peor, son resistentes a los desinfectantes comunes.

¿Cómo cuidarse? Alimente a su gato exclusivamente con ración y evite suministrarle carnes crudas.
¡Cuidado! Pájaros, ratones y cucarachas pueden ser vehículo del toxoplasma y si su gato revuelve la basura, también allí puede encontrase con este parásito.
La mujer embarazada negativa a toxoplasma debe evitar la carne de ovinos y de cerdo, embutidos y chorizos frescos. Las otras carnes deberá cocinarlas bien, lavarse las manos a conciencia y cepillarse las uñas luego de la manipulación de carnes crudas. Debe usar guantes para la higiene del bañito del gato y para todo tipo de trabajos de jardinería, incluyendo el cuidado de rosas, claveles y pensamientos, como los de nuestro cuento
.
Hay que anotar que nadie ha podido probar la veracidad de la historia relatada, porque un gato que come pensamientos puede provocar algunos baches en las avenidas de la memoria.

Un enfoque interesantísimo sobre el tema aquí presentado, puede encontrase en “La reina roja y el toxoplasma gondii” en un blog que recomendamos, escrito por el Dr. Francisco Traver.



Sobre embrujos y hehizos

Hipótesis parasitaria sobre la esquizofrenia.

Manuel Figueroa y Pablo Butler 


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